domingo, 10 de enero de 2010

La Mujer Suspendida

De chico me gustaba mirar al piso. Es tímido, decían. Me fascinaba ver los pies de las personas, cómo estaban apoyadas en este mundo. Veía su andar, e imaginaba sus caras, todo sus cuerpos. Era toda una ciencia. No era cosa de pensar que a cordones desatado pelo despeinado. Era mucho más que eso, era su andar completo, su ser y estar.
Después lo olvidé, envejecí. Hasta hace poco, cuando conocí uno de los más hipnóticos movimientos: un caminar volátil y firme al mismo tiempo. Unos pies que tocan por completo el suelo, pero no se escucharían ni en el más silencioso de los salones.
Me imagino que en la arena húmeda debe dejar una suave y perdurable marca.

7 comentarios:

El Cochinillo exquisito. dijo...

quien se llevara esos pasos...
Dudas afuera, una exquisitez perseguir las huellas q su tinta invita.

Exquisitos saludos, exquisito lugar donde "sentirse" a pensar

Abriles dijo...

impresionante!
muy muy válido "punto de vista" y de percepción...

Violeta Color dijo...

Mirar hacia el piso, observando el caminar de las personas...suele ser hipnótico...
Suele ser tan lindo a veces...

Porque a veces suceden cosas como éstas...nos encontramos con algo mágico, sin esperarlo, sin pretenderlo...simplemente sucede....y es tal la sorpresa...

Esos detalles de lo cotidiano que llenan de color el instante...


Un abrazo Hermes

Aldana dijo...

Lo magico de mirar siempre el suelo es quien te hace alzar los ojos y levantarlos de a poco para encontrar los suyos... y seguir sus hueyas y su mirada, su sonrisa y sus palabras que como vestigios que corren a la distancia.
Un abrazo!

NEREA dijo...

Yo me detenia en el techo, buscando una grieta que me haga volver en si.
muy bueno gracias!!!!!

Abriles dijo...

eyyy
impresionante este entrada amigo, pero que ya se te extraña ehhh

Anónimo dijo...

Esas cosas que uno ve, y pocos aprecian. Está bueno son como los pequeños detalles en una foto, que pocos encuentran ... Saludos! :)