Nadie te sacudió los hombros cuando aún era tiempo.
Ahora, la arcilla de que estás hecho ya se secó y endureció y nada más podrá despertar en vos al místico adormecido o al poeta o al astrónomo que tal vez te habitasen.
Qué pena (!) usted escribía
(Pero discúlpeme), usted no entendía
ni de arcilla, ni de psicopedagogía.
Y no es para exponer al amigo Exupery, es que se había olvidado del arte y el amor...
4 comentarios:
Cuán cierto. En este momento en que me sacuden las dos cosas, cuán cierto.
me quede facinada con este blog!
cuantas cosas interesantes para leer!
saludos!
Al amigo Exupéry
yo lo conozco
poco y nada..
pero el otro día
me contaron la historia de
un tal Bambula
(y no sé si te sirve de algo pero me sentí mejor)
:)
Como me gusta este lugar matizado
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