viernes, 19 de junio de 2009

Dulce Oniria

Hasta en el tejido más intrincado de mis sueños, ciertas imágenes se vuelven nítidas. Son imágenes idéicas, con visión difusa y convicción certera. Son geniales o una perdición.


Hoy, un haz apenas perceptible de aquellos tiempos que parecían lejos, generó un chispazo que incendió mi cielo. La casa en llamas, y yo plácidamente dormido como para hacer algo.

5 comentarios:

Svor dijo...

todos somos leña al fuego.

Nan dijo...

el lado b... de la vida

Eliana dijo...

Hay que andar precavido porque al que vive de sueños se lo comen dormido :)

Ale× dijo...

¿acaso el sector fumador no es un tanque de nafta?

natalia dijo...

(me gustó oir tu poema)

Cíclopa