Me encandiló con simpleza, a mí que soy un todo enredado.
La sonrisa es sonrisa, parecía decirme sin detenerse a explicarlo.
Pensé en la lluvia. Ella pintaba. En sus consecuencias. Su cielo naranja. Lo mejor sería... Sospechó mi mirada. Mis palabras estratégicas. Y sonrió.
Quise besarla, pero las circunstancias… Y ya ella camina, lejos.
La sonrisa es sonrisa, parecía decirme sin detenerse a explicarlo.
Pensé en la lluvia. Ella pintaba. En sus consecuencias. Su cielo naranja. Lo mejor sería... Sospechó mi mirada. Mis palabras estratégicas. Y sonrió.
Quise besarla, pero las circunstancias… Y ya ella camina, lejos.
8 comentarios:
porque te admiro tanto???
seguramente, querida Fotógrafa, creerás ver algo que no soy...
Advertido de esto, y desentendiendome de la soberbia, voy a aprobecharme de tu ilusión
mi querido escritor atraves de mi camara ya pude verlo a ud y no se olvide que robé un pedacito de su alma que no le pienso devolver
Hola, gracias por pasar por mi humilde blog.
Creo que la ley de la vida es que todo es temporal, y más que nada el amor o mejor dicho, la pasión.
Como vos decís, en algún momento, uno camina más rápido que el otro.
Espero que sigamos en contacto, saluditos Hermes!
como suele suceder en el mundillo de los blogs, vi la luz encendida y entré. Hasta último momento dudaba de comentar, es que eran demasiadas instrucciones. Pero al final la libertad, el desatarse, perdernos y perderlo todo; incluso a la mujer que pinta.
AC tu apuesta y riesgo de perderlo todo, hace que seas bienvenido. Yo también voy, aunque deseraría que la Mujer que pinta no se pierda tan lejos...
www.impulsivayespontanea.blogspot.com mi nuevo blog. beso
Mujer fotografa, aqui tienes un colega. Pues este hombre bien sabe retratar momentos, captar sensaciones, escencias y fabricar un cuadro con las mejores luces y cercanias, pero con palabras.
Y al desenredarse, al volverse solo el primer aire que apenas roza su piel, se vuelve fantástico. No complicarse, no abusar de las palabras consceptuales, duras, frias... dejarse llevar, volar sin direcciones y que las nubes acaricien nuestras almas dando alivio
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