sábado, 16 de febrero de 2008

Sofía

I
Cuando Sofía le preguntó a la mamá por qué el papá estaba preso, la mamá le contestó:
- Porque piensa distinto que el gobierno.
¿Y cómo hace el gobierno para saber lo que uno piensa? se quedó pensando Sofía.
Y a la noche se escondió bien adentro de las frazadas para que el gobierno no se enterara de sus sueños.

II
Todos los domingos antes de entrar a la cárcel una mujer policía revisaba a Sofía y a su mamá. Las hacía desvestirse, miraba los libros que llevaban, la comida y los dibujos que Sofía le regalaba al papá.
Un domingo a la mujer policía no le gustó el dibujo de Sofía. Con una lapicera negra tachó todos los pajaritos que volaban en el papel.
- Está prohibido dibujar palomas – dijo.
Y le devolvió a Sofía un papel lleno de cruces negras.

III
A la semana siguiente Sofía y su mamá volvieron a la cárcel. Otra vez la mujer policía las revisó: les hizo sacarse la ropa, husmeó la torta que llevaban, dio vueltra la cartera de la mamá y también agarró el dibujo de Sofía.
Se quedó unos segundos, la mujer, con el dibujo en la mano. Observándolo. Sofía tenía miedo y apretaba con fuerza la mano de su mamá.
La policía le devolvió el dibujo y las dejó pasar.

IV
Cuando el papá de Sofía tuvo el dibujo en sus manos lo miró tranquilamente.
Tenía árboles, casitas, un cielo con un sol amarillo y nubes.
- ¿Por qué en los árboles hay redondelitos de distintos colores? – preguntó el papá.
- Son los ojos de los pajaritos que están escondidos – contestó Sofía.

Ruth Kaufman

2 comentarios:

UtopiaN dijo...

Es increíble la imaginación y la creatividad que tienen los niños...a veces, y muy a menudo en realidad, deseo volver a esa etapa.

Esta lamentable sociedad no ayuda a que la pureza, que sólo se encuentra en los niños, perdure.

Hermes dijo...

Creo igual, que la estupidez se mezcla tan fácilmente y arruina la belleza.

Aunque al margen de eso, hay cierta apuesta en la que se empeña esa pureza, y la vida se vuelve hermosamente compleja. Y uno ya no es niño, pero puede amar en cierta forma como niño, y también puede amar de otra forma...
Quiero decir, te invito a cambiar el deseo de volver a esa etapa por el deseo de vivir esta, conservando al niño y todo esto también. Qué ambicioso, dirás. Sí