Cuando estoy con Marilú pasan cosas extrañas.
Íbamos teniendo una de esas charlas interesantes (bohemias, diría Peché) cuando nos interrumpió un grito de la vereda de enfrente.
- ¡Venga, venga! – ordenó un viejo muy prolijo de larga barba blanca y boina marrón.
Me acerqué hasta el medio de la calle, a ese viejo lo tenía visto de algún lado.
- ¿So` señorita vó?
- ¡NOooooo! –
- Ah, pelo largo…
Y ya estaba por ireme, pero lo que dijo me detuvo:
-Pera, envase divino, ¿me dá?
Mi cara de perplejidad debe haber sido importante
-No le entendí, ¿cómo?
Podés creer que me volvió a repetir tres veces lo mismo, hasta que ya medio cansado le grité “No, no entiendo”.
-Me acerco, no te asustes – balbuceó en un acento italiano.
Ya a esa altura no sabía qué pensar: si el viejo era puto, estaba loco, o Marilú me había dado algo de fumar…
- Estoy mal, necesito unos pesos – continúo el viejo
-¿Con quién vive? – porque también trabajo de asistente social
- ¡CON LA GRAN PUTA!
- …
- Esta vieja de acá – se quejó señalando para la casa – me trata para la mierda
- Yo no lo puedo ayudar…
- Sólo unos pesos para el vino – dijo el hombre totalmente sobrio
- Ahhh, entendí… No perdón, pero mi religión no me lo permite
- Uhh, perdón.
- Buenos días
- Buenos días
Metros más adelante me empecé a reir:
- ¿Viste Mari?, mi gestalt funciona bien… “para un envase di vino”
- Divino, je, sos medio místico vos, por eso.
1 comentario:
tu religión no te lo permite ¿?
Besitos Hermet
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