lunes, 25 de febrero de 2008

ENVASE DIVINO

Cuando estoy con Marilú pasan cosas extrañas.

Íbamos teniendo una de esas charlas interesantes (bohemias, diría Peché) cuando nos interrumpió un grito de la vereda de enfrente.

- ¡Venga, venga! – ordenó un viejo muy prolijo de larga barba blanca y boina marrón.

Me acerqué hasta el medio de la calle, a ese viejo lo tenía visto de algún lado.

- ¿So` señorita vó?

- ¡NOooooo!

- Ah, pelo largo…

Y ya estaba por ireme, pero lo que dijo me detuvo:

-Pera, envase divino, ¿me dá?

Mi cara de perplejidad debe haber sido importante

-No le entendí, ¿cómo?

Podés creer que me volvió a repetir tres veces lo mismo, hasta que ya medio cansado le grité “No, no entiendo”.

-Me acerco, no te asustes – balbuceó en un acento italiano.

Ya a esa altura no sabía qué pensar: si el viejo era puto, estaba loco, o Marilú me había dado algo de fumar…

- Estoy mal, necesito unos pesos – continúo el viejo

-¿Con quién vive? – porque también trabajo de asistente social

- ¡CON LA GRAN PUTA!

- …

- Esta vieja de acá – se quejó señalando para la casa – me trata para la mierda

- Yo no lo puedo ayudar…

- Sólo unos pesos para el vino – dijo el hombre totalmente sobrio

- Ahhh, entendí… No perdón, pero mi religión no me lo permite

- Uhh, perdón.

- Buenos días

- Buenos días

Metros más adelante me empecé a reir:

- ¿Viste Mari?, mi gestalt funciona bien… “para un envase di vino”

- Divino, je, sos medio místico vos, por eso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tu religión no te lo permite ¿?
Besitos Hermet